Vio la luz al nacer, pero solo un instante después todo fue negro.
En ese país tambien oscuro donde solo alumbran las bombas.
Y sus familiares y amigos fueron cayendo uno a uno como las
negras fichas del domino.
Y arrastro las cadenas en forma de velo, ya que la condenaron
por el delito de ser mujer.
Saltó el alambre de espino, cruzo el desierto pero no pudo navegar
por el rió de la libertad, al haberlo secado el sol de la ignorancia.
Alzan la mano con las escrituras que no entienden, para justificar la barbarie.
Quisiera gritar pero sabe que el látigo se alzaría antes que su voz.
Y como la rosa del desierto oculta entre las dunas nunca podrá
demostrar lo que vale.
Tras el velo solo podemos ver unos ojos que ya no se asustan
por nada y no lloran por que no les quedan lágrimas.
Solo a veces todo deja de ser negro, pero es para teñirse de rojo.
lunes, 16 de julio de 2012
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