Cuando estaba seco no pensó en el problema.
Cuando se notó los pies húmedos se extrañó.
Cuando el agua le llegó a las rodillas no lo entendió.
Cuando le llegó a la panza no supo qué hacer.
Cuando le llegó al pecho se enfadó.
Cuando le llegó a la barbilla se asustó.
Cuando le llegó a la nariz empezó a pensar.
Y cuando le llegó a la cabeza, ningún problema, porque la tenía hueca.
Pluma Negra.
lunes, 16 de julio de 2012
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