Sin prisas, no las necesita y además el trabajo lleva su tiempo.
Como la araña sacando el hilo de su estómago donde tenía un
manojo de nervios.
Conoce a su enemigo, sus fuerzas y cuándo le fallan.
Y ademas un día o otro tendrá que pasar por allí.
Y cuando caiga en la trampa primero disfrutará viendo como
se retuerce para huir pero lejos de conseguirlo quedará atrapado
y sin fuerzas.
Entonces se dejará ver, sin esconder sus intenciones.
Irá caminando poco a poco , la espera no habrá sido en balde.
Y entonces y solo entonces, cuando esté encima suyo le clavaré
los colmillos y le chuparé la sangre gota a gota.
Hasta quedarme sin sangre, víctima de mi mismo.
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