Cuando la gran nube aún no tapaba el sol, que ahora nos abrasa.
Suerte que nuestra carne es comestible y eso que decían que se iba acabar la comida.
Gobernados por máquinas más inteligentes que nosotros si. Pero al carecer de necesidades y sentimientos no nos entienden.
Algunos se fueron pero solo para volver y explicarnos que la situación era igual en todas partes.
Y aunque me quiero morir, no lo podré hacer hasta dentro de cincuenta años.
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